miércoles, 17 de febrero de 2016

Semana vocacional.

En primer lugar, la semana vocacional puede ser también “tiempo vocacional” si se programa para mayor extensión de tiempo- es un momento pastoral y pedagógico que tiene la intención de favorecer la reflexión sobre la vocación de forma integral. Es tiempo para ayudarnos a escuchar lo que Dios habla al corazón de cada persona. Sea en la dimensión de la vocación fundamental o la específica, todos somos interpelados por dios a dar una respuesta auténtica a su llamado. El invita a cada uno a discernir la vocación a ejemplo de María que, atenta al llamado de Dios, superó sus miedos y se convirtió en la primera discípula y misionera, y en modelo de virtudes vocacionales: valentía, sencillez, humildad, amor, osadía, obediencia, servicio, disponibilidad, gratuidad…

La respuesta al llamado de Dios lleva a las personas a dar un sentido verdadero a su existencia. Implica apertura al diálogo consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con la trascendencia. Y en ese diálogo tomar conciencia de sentido de la vida desde Dios y para los demás, para una misión. Un darse en el que se encuentra la felicidad. La vocación no es algo abstracto sino una respuesta que acontece en el aquí y ahora de la vida y de la historia. No se puede confundir con el ejercicio de una profesión, aun cuando ambas puedan estar interrelacionadas. La profesión es un medio que puede favorecer la realización de la vocación, y lo mejor fuese que esta profesión se escoja a partir de la conciencia vocacional personal, y de esta forma se torne en expresión viva de autorrealización, en el deseo de servir, en la misión y la promoción de la vida.


-El día de la mesa redonda, me gustaron mucho los participantes que hubo, ya que cada uno se dedicaba a una cosa y tenían alguna virtud en ellos. Desde mi punto de vista, el que más me gustó fue el jugador de béisbol, que nos contaba como un día, en su época de juego, tuvo una lesión en la pierna, por la cual tanto los médicos como las personas de las que estaba rodeado, le decían que con esa lesión dudaban que pudiera llegar más alto y que a partir tenía que dejar ese juego. Este hombre no quiso darse por vencido y siguió hacia delante, por lo que un día llegó a ser ganador de España. Esto hizo convencer a la gente de que nadie debe darse por vencido por muchas cosas que le pasen, por que aún así hasta con esa lesión o enfermedad se puede llegar muy lejos.
Por otra parte estaba la Madre Carmen, dedicada a darse a los demás. Ella decía que un día sintió la llamada de Dios y quiso escucharle, por lo que decidió darse a los demás, ya que para ella era lo que le llenaba.
También estaba el maestro de religión, que era como la madre Carmen, le encantaba ayudar a los demás por lo que decidió hacer algo en relación con los demás.
Y finalmente estaban los bomberos, que decían que todas las noches ellos se acostaban satisfechos por haber hecho a parte de el trabajo que le gusta, algo que les llenaba, ayudar a los demás.
En definitiva, estos tres últimos solo hablan de ayudar a los demás, por lo que hicieron un trabajo dedicado a ello y que verdaderamente les llenaba.




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