La
vida y predicación de Jesús, a quien sus discípulos consideraron
el Cristo o enviado de Dios, coincidió con el inicio del Imperio
Romano y con cierto momento de crisis en el pensamiento filosófico y
religioso. Estas razones y la personalidad de Jesús, hombre con
arraigo y surgido del pueblo, que se expresaba de forma sencilla,
ayudaron a expandir su doctrina. Exponía su mensaje con ejemplos y
los acompañaba con prodigios. Hablaba con palabras claras y
directas, con una seguridad que antes nadie había manifestado,
declarándose, según el evangelio de Juan (14,6), verdad y practica
de vida: <<Yo soy el camino, la verdad y la vida>>, y
afirmando que su mensaje le había sido revelado por Dios.
Creencias:
-Existe
un núcleo más o menos compartido de creencias y doctrinas entre los
diferentes grupos cristianos, si bien algunas de esas doctrinas no
son aceptadas por todos. En ese núcleo se encuentra:
Que
Dios es uno y, al mismo tiempo, tres personas distintas (Padre,
Hijo y Espíritu
Santo; Mateo
28:19).
-Que
Dios Padre creó y conserva el universo por su Palabra, el Verbo,
sin quien no se hizo nada de todo lo hecho (Juan
1:3);
-Que Dios Padre se reveló desde el
principio a los hombres y cuidó del género humano para dar vida
eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en
las buenas obras (Romanos
2:6-7).
-Que habló a la conciencia de nuestros
antepasados en distintas ocasiones y de muchas maneras por medio de
los profetas, y
que en la etapa final habló por su Hijo (Hebreos
1:1-2), Jesucristo,
hombre verdadero (Jesús
de Nazaret), Palabra de Dios hecha carne (Juan
1:14), que lleva a su plenitud la acción del Padre a favor de la
humanidad.
-Que fue Jesucristo quien reveló la
verdadera naturaleza de Dios, llamando a Dios «su Padre y nuestro
Padre» (Juan
20:17) y anunciando la venida del Espíritu Santo (Hechos
1:8), el Espíritu de Dios, Espíritu de la verdad (Juan
16:13), el mismo que lo movió a él y que hizo de sus apóstoles
sus testigos.
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